La Boca... Callejón... Vuelta de Rocha... Bodegón... Genaro y su acordeón...
Canzoneta, gris de ausencia, cruel malón de penas viejas escondidas en las sombras del figón. Dolor de vida... ¡Oh mamma mia!... Tengo blanca la cabeza, y yo siempre en esta mesa aferrado a la tristeza del alcohol.
Cuando escucho "Oh sole mio" "Senza mamma e senza amore", siento un frío acá en el cuore, que me llena de ansiedad... Será el alma de mi mamma, que dejé cuando era niño. ¡Llora, llora, Oh sole mio; yo también quiero llorar!
La Boca... Callejón... Vuelta de Rocha... Ya se van Genaro y su acordeón...
¡De mi ropa, qué me importa si me mancho con las copas que derramo en mi frenético temblor! Soñé a Tarento en mil regresos, pero sigo aquí, en la Boca, donde lloro mis congojas con el alma triste, rota, sin perdón.