Porque eres el ensueño que engrandece en mi pasión, la mujer adorada que tiene fragancia de un fresco rosal. Yo vuelco en mi guitarra la más ardiente canción, que se llenó de amores en las armonías de algún madrigal. Yo quiero que tu seas de mi vida el arrebol, porque al mirarte se me inunda el alma de gloria sin par, pues con el fuego de tus bellos ojos mantienes la vida de este soñador que anhela a tus plantas dejar su amor.
Porque quiero mi canto elevar, oye, Alicia, mi acento febril, y no dejes que tu alma me niegue tu adorable belleza de hurí. En tus labios de fino coral yo quisiera tus besos sorber, aunque sepa, mi Alicia divina, que todos tus besos me maten después.
En las suaves cadencias de la brisas has de oír, la voz de mi cariño que envolverte quiere, llena de emoción, para que no te olvides que con loco frenesí te haré la preferida de todas las ansias de mi corazón. Vamos a la floresta donde se ha tendido el sol y hay un castillo donde para siempre la reina serás y embelesada en las divinidades de este amor supremo, te sabrás feliz, sintiendo mi dulce cantar así.