Nada más mi amor que nuestras manos enlazadas. Nada más mi amor, pero en las manos las dos almas. Como no sentirnos presos de la vida de este dulce tiempo y de la fe. Nada más mi amor, pero qué más necesitamos frente a un mundo hoy que nada tiene y tiene más.
Todo canta aquí, detrás las sombras se contraen o se van y el alma rompe sus capullos muy feliz y sonreímos porque el cielo se nos da. Nada más mi amor que este encendido tiempo nuestro nada más. Crecen las rosas sin crecer sobre tu voz, crece la dicha porque estás.