Era la puta más gorda que nunca hubiese visto, la mujer más gorda que hubiese mirado. Tenía un vestido de seda con aguas collar de cuentas, abanico de plumas, manos delicadas. Uno le dijo: \"asquerosa montaña de grasa\" riendo meneó el cuerpo como diciendo sí, ¡Jesús!, claro que sí.
Hacerlo contigo no debe ser cómodo, eres gorda como tres... en cambio no, en cambio me dicen qué buen sitio que hay más guapa que Marilyn o que Evelyn, no me acuerdo ya. Rió y movió la cabeza, farfulló palabras, como diciendo sí.
¿Y véis cómo marcha el mundo? ¡Es así que marcha el mundo!
Y mi alma no destila miel y dulzura, happyness and truth, deseos naturales. Pero yo tengo una niña, en los descansos que me acaricia los blancos cabellos. Y los años se vuelven dóciles con su toque me besa en las mejillas crueles y sencillos juegos de ramas me teje con grandes pupilas de gata.
¿Era abril o quizás era mayo? Cuando la volví a encontrar riendo moví la cabeza dibujando un gesto como diciendo sí.
¿Y véis cómo marcha el mundo? ¡Es así que marcha el mundo!