A veces cuando pienso que vivo solitario, Me parece un calvario, la vida sin tu amor... Y en medio de estas penas que avivan mis deseos, Me parece que veo tu rostro encantador.
Pues al verme tan solo recuerdo aquellos días, En que tu alma y la mía juraron su pasión Y aunque sé que te has ido, a veces hasta siento Que yo percibo aliento, que hallo alivio a mi dolor...
Dejá que me figure que un día no lejano, El roce de tu mano mi paso ha de sentir Y que tus dulces labios reposen en mi frente Para hacer más ardiente mi sed de porvenir...
Ya he roto aquella carta en la que me decías Que nunca volverías a darme tu querer. La he roto porque pienso que este cariño mío, Perdonará el desvío de tu alma fría y cruel...
La idea que tú llevas me asalta a cada instante Y ansioso y tremulante, te espero sin cesar Y espero que tú vuelvas porque te quiero tanto Que no puedo ni el llanto, mi desconsuelo calmar...