Hay un ranchito sobre una loma Que está rodeado de verde y grana Y un arroyuelo que corre cerca Riega el camino de la retama. Los pajarillos lanzan sus trinos, Cuando descansan en la pradera Y ese concierto de notas suaves Llenan de amores la primavera.
Y de los pinos, se oye un silbido Cuando un pampero cruza veloz, Y en su carrera vuelca las hojas Dando de paso su ultimo adiós... Después la noche tiende su manto, Cubriendo al campo de soledad, Cesan las aves y los gemidos, En ese espacio de inmensidad.
Al otro día, después del alba, Un gaucho canta junto a un fogón Y en las cadencias de sus arpegios Llena de albricias el diapasón. Y así los días él va pasando, Sin más riquezas, ni protección Que su guitarra bien encordada, Su buen apero y el redomón...