Sin respeto el ciudadano ha de bañarse cada día con un agua que contenga subversión y poesía. Sin respeto ha de peinarse con un peine reincidente para hacer que la piojera no le ondule de repente.
Sin respeto ha de ponerse los zapatos de la urgencia porque al hombre que no avanza se le apioja la conciencia. Sin respeto ha de abocarse a fumigar sus convicciones para que no se le pudran con los riesgos de infecciones.
Sin respeto el ciudadano debe hacer con la lectura de las cosas prohibidas un objeto de cultura. Sin respeto ha de plantarse en la mitad del suceder para que el piojo no intente asegurar que aquí no hay nada que temer.
Sin respeto ha de erizarse cuando el piojo abotonado le succione hemoglobina y le amortaje desangrado Sin respeto ha de encogerle la sonrisa de galante para que el piojo comprenda que ya nada es como antes.
Sin respeto debe armarse de impaciencia hasta los dientes porque el tiempo que avecina trae fiebres inclementes Sin respeto habrá de unirse con los otros sin respeto para el piojo comprenda que se encuentra en un aprieto.
Sin respeto debe darse por entero a los quehaceres siendo la lucha anti-piojo el mayor de los deberes. Sin respeto y con porfía natural y valedera deberá impedir que el piojo perpetúe su piojera.
Sin respeto ha de arrojarse en las aguas del torrente y a pesar de los meandros nadar contra la corriente. Sin respeto ha de afiliarse a la salud del porvenir para que el piojo comprenda que llegó esta vez la hora de partir.
Sin respeto ha de parcharle a la bandera las heridas al escudo, la vergüenza y a la historia, la mordida. Sin respeto ha de arrancarle al piojo toda potestad y besar en plena frente finalmente desinfectada la libertad.