Manuel le dió vuelta al potro, el otro sacó pistola, Juárez es herido de un brazo, el otro muerto hecho bola en las patas del caballo que Manuel Juárez adora.
Testigos hubo del caso, y aunque a Manuel aprehesaron, luego de averigûaciones, en libertad lo dejaron mientras que calladamente al hocicón sepultaron. Y en un ranchito en la sierra, allá vive Manuel Juárez con sus hiloos y su chata tiene pocas amistades trabaja cuacos y tierras, ya no sale a la ciudades.
Yo con esta me despido, señores, y les recuerdo una cosa: que aunque sea humilde el ranchero, hay que respetar su esposa.