La gafitas de la pecas con complejo de muñeca desconchada frota su cuerpo desnudo, contra el lino blanco y mudo de la almohada. Invisible entre la gente, condenada a ser decente según fama que del cuello le colgaron los que nunca la invitaron a su cama.
Cuando agoniza la fiesta, todas encuentran pareja, menos Lola que se va, sin ser besada, a dormirse como cada noche sola. Y una lágrima salada, con sabor a mermelada de ternura moja el suelo de su alcoba, donde un espejo le roba la hermosura.
Nadie sabe cĂłmo le queman en la boca tantos besos que no ha dado, y en el corazĂłn tan de par en par, y tan oxidado. Ojos lujuriosos de hombres que en el Ăşltimo metro buscan y desean nunca miran dentro del escote de las feas.
Besos en la frente, besos en la frente le dan. Besos en la frente, nadie trata de ir más allá, Yo quise probar.
Y le he pedido vente conmigo aunque la peña diga ¡tĂo que mal te lo montas! harto como estaba de tanta guapa insĂpida y tonta. Paso de la falsa belleza igual que el sabio que no cambia ParĂs por su aldea y me abrazo a la verdad desnuda de mi fea.