¿De qué color es la luz? preguntaba un ciego un día a un muchacho juguetón. Y el niño le respondía: La luz es blanca, señor y el ciego se sonreía; blanca, blanca... Y el ciego se entristeció blanca, blanca... Y el ciego se entristeció.
¿Y el blanco es algún color? Blanca es la luna y el día, mi traje de comunión, mi casa es blanca, mis tizas, la barca del pescador, las gaviotas, la hermita... calla, calla... y el juguetón se calló calla, calla... y el juguetón se calló.
Y se fue, con la sonrisa marchita y persiguiendo a un gorrión voló doblando la esquina y vuela, vuela... y del ciego se olvidó, y vuela, vuela... y del ciego se olvidó.
¿De qué color es la mar? preguntaba el ciego un día a un marinero guasón que del mundo se reía, La mar es azul, señor ¿o es que no mira la ría? y calla, calla... y el cielo se entristeció y calla, calla. y el ciego se entristeció.
Y se fue, con la palabra marchita y el marinero zarpó disimulando la risa y canta, canta... y del ciego se olvidó, y canta, canta... y del ciego se olvidó, y canta, canta... y del ciego se olvidó.