Siempre al borde de los que viven nunca tuvo un hijo, nunca una mujer se pasaba el día en la oficina llevando papeles, sirviendo café su refugio una pension muy vieja, llena de fantasmas y restos de pan su amigo un gato que habló con él. Nunca nadie le ofreció motives como para estar, como para hablar nunca nadie le ofreció su casa para que no pase solo Navidad el invierno que pegaba fuerte lo encontraba a veces en la seccional "el vino es casi como el amor" decia de a pedazos, de a pedazos cae quieto. Casi siempre a las seis menos cuarto cuando el sol despierta en el andén levantaba su cuerpo chiquito se afeitaba y contaba hasta cien como para recordar que estaba tan despierto como vos y yo con todas esas ganas de andar. Una noche en un bar de esos tantos se bebió hasta el ultimo rincón decidió que su piél era carne y su alma tán solo un motor y se gastó de golpe una copa y se hastió del pan y la pensión quizás la muerte sea mejor. Se subió al primer taxi conla impotencia en quiebra la œltima noche que estaré conmigo será una gran fiesta, dijo, plena de estrellas. Se levantó temprano desayuno en silencio miró el reloj que lo observaba tenso y en la cuerda floja, volvió a pensarlo. Afiló la navaja héroe cobarde al menos cerró los ojos, no dudó un instante y apretó la carne sangró su pecho.