"¡Cuántas veces se habrá escapado como laucha por tirante, y esta noche que no cuesta nada, ni siquiera fatigarme! Podemos llevarnos un cordero con sólo cruzar la calle..."
Y yo ya no esperaba a nadie entre las risas del aquelarre, el diablo y la muerte se me fueron amigando, ahĂ donde dobla el viento y se cruzan los atajos, ahĂ donde brinda la vida en la esquina de mi barrio...