Si se tuviera que explicar a alguien qué es una zamba, nada mejor que recurrir a ésta bella composición de Don Luis Morales, en cualquiera de sus versiones, pero muy especialmente en la de Jorge Cafrune, o en cualquiera de las grabadas por Los Chalchaleros; pues esta zamba es una especie de compendio de los ideales argentinos o por lo menos de los del Noroeste del país. Ya contaba una vez Atahualpa Yupanqui a Julio Marbiz que "el paisano argentino atesora en su corazón una cosa, a veces lejana y otras veces medio cerca, que es la esperanza". Y esperanza tenía uno de los mejores intérpretes de esta zamba, el gaucho Jorge Cafrune quien con su poncho y su guitarra iba galopando en su caballo, por lo que los paisanos llamaban antes "un camino carretero", hasta que un automóvil puso fin a su vida, atropellando a montura y jinete, como para expresar que éstos ya no son buenos tiempos para los gauchos. Y los versos de Luis Morales fueron proféticos: la esperanza, amanecida como un querer, muere a veces sin florecer.