Luego vago entre camellos: un detalle nada más de la mágica pintura sin sentido; y otra vez el ojo abierto, ese dedo del terror, me devuelve al autobús de la batalla.
Con el humo de las nueve creo que asà dice el reloj me confundo en una falda demasiado... el escándalo de moda, los travestis, el futbol, un escote que no miro y sin embargo...
Pasa al fondo de la barra, de cartera y celular… su perfume hace graffitis en mi frente Llegan dos alucinando por un viaje en internet me doy cuenta que estoy solo, de repente...