Nadie debe de saber si tú me quieres. Nadie debe de saber que yo te quiero. Debe de seguir oculto que por la noche, con la luna por testigo, tú y yo nos vemos. Hemos de tener cuidado con esa gente que a veces no duerme para saberlo todo. Y con las cadenas que ahora nos separan un escándolo darían sobre nosotros.
Que tú y yo, sólo tú, solo yo, guardamos la verdad de nuestra intimidad. Que tú y yo, solo tu, solo yo tenganos que escondernos, qué pena me da. Que tú y yo, solo tu, solo yo tenganos que escondernos, qué pena me da. Nadie debe de saberlo, nadie debe de saberlo, el romance que vivimos debe de ser un secreto. Nadie debe de saberlo, nadie debe de saberlo, porque entonces cambiaría nuestra dicha en un momento.
Mientras haya luz del día pienso en la noche, cuando puedo acariciarte y sentir tus besos. Pero ya me duele el alma por esconderme para compartir contigo el mismo lecho. Yo no sé si tengo suerte de ser tu amante. Sólo sé que como nadie me has comprendido. Loco tengo el pensamiento de recordarte porque un amor como el tuyo nunca había vivido.