No teniamos nada que perder y la noche estaba a nuestros pies tĂș querĂas robarme el corazĂłn y yo iba asomĂĄndome en el balcĂłn que tu escote me dejaba ver
SĂłlo yo contigo y nadie mĂĄs y la hora que cierran la ciudad y la luna del amanecer me alumbrĂł el camino que da a tu piel bajo la penumbra de un portal