Mi infancia son recuerdos de un patio de autobuses, de un colegio de curas donde aprendí a morder las manzanas cuando estaban maduras, a escapar por la ventana de la clase de latín.
Mi infancia son recuerdos de un oso de peluche amigo de Alcapone de Plastidecor de Espinete, Playmovil, de mágicos estuches de los rombos que anunciaban el amor.
De las pajas furtivas, de las cajas de tizas, de veranos rellenos de gominola. De la bruja avería, del olor a maría, de la chica que me dijo, que no la dejara sola.
Álbumes de fotos, sueños que se vuelven locos, recuerdos con sabor a caramelo.
Hoy subo al desván, buscando un lugar donde el tiempo al pasar, se pillara los dedos.
Mi infancia son recuerdos de una bola del mundo que giraba para ver donde nací. Del Spectrum de los Goonies, de escondites nocturnos, de saber qué pasaría en el año 2000.
Mi infancia son recuerdos de regalices rojos, de los cinco, de domingos gritando gol, de aprender del silencio, de besar con los ojos, de pensar si podría apagarse el sol.
Del tabaco a javolsanc, de rodillas heridas de gaviotas que cantaban Duncan Dhu, de un reloj sin agujas, de los cuentos de brujas, de querer crecer, como crecieras tú.
Álbumes de fotos,...
Para quitar las telarañas de mis miedos. Para dejar de besarte en blanco y negro.