Trasnochando, como todo calavera que no ve lo que le espera, que no sabe donde va, rechazaba tus consejos, buen amigo, casi fuimos enemigos por decirme la verdad.
Siempre fueron mis mejores compañeros los muchachos milongueros jugadores y algo más. Y con ellos noche a noche derrochaba, entre copas, baile y farra, esta vida que se va.
Siempre llegan, en mis noches de desvelo, tus palabras de consuelo a aliviar mi soledad. Ya no puedo reaccionar, estoy vencido, sĂłlo asĂ busco el olvido en mi eterno trasnochar.